Práctica guiada de Breathwork + Mindfulness

"'All models are wrong, but some are useful.' - George E.P. Box

"Si tuviera que parafrasear la famosa cita atribuida a George E.P. Box en el contexto de la práctica de la meditación, diría que la mayoría de los modelos que históricamente han buscado el control de la mente en sus incontables variantes y formas son erróneos, pero hay algunos útiles, como la respiración. Y de esto trata esta práctica, que para mí es indisoluble de cualquier intento de calmar nuestra mente. Si observamos que la respiración ha sido objeto de un escrutinio detallado por las muchas tradiciones de cultivo interior a lo largo de los siglos, ¿por qué no darle un lugar preponderante en la práctica del mindfulness?

Esta práctica contiene dos partes: una enfocada en el trabajo respiratorio –que en el mundo angloparlante suele llamarse breathwork– y otra dedicada a una breve meditación guiada. Como muchos practicantes de yoga y meditación alrededor del mundo, sabemos que las prácticas respiratorias han sido un elemento central en todas las tradiciones meditativas de Asia. Desde el yoga de 8 pasos de Patanjali, donde la restricción de la respiración (pranayama) juega un rol fundamental, hasta las prácticas de cultivo interior desarrolladas en China, como el daoyin, esta práctica y tangible herramienta ha sido inseparable de dichas tradiciones. La razón es simple: respirar de manera lenta es, sin duda, una forma rápida de calmar la mente, un aspecto que las tradiciones asiáticas han explorado a fondo a través del influjo del budismo en incontables escritos.

Aun así, y más allá de esta realidad histórica, poder sentarnos a respirar de manera plena es, quizás, una de las formas más accesibles de calmar la mente y prepararnos para el viaje interior de la meditación. En el caso del mindfulness, podríamos verlo como una práctica adaptada a entornos laborales, donde, en medio de una ajetreada jornada, los trabajadores pueden alejarse brevemente de la pantalla del ordenador para reconectar con su cuerpo. Esto mejora la interocepción –término que, aunque provenga de las neurociencias, designa simplemente la capacidad de percibir nuestra vida interior, ya sea el latido del corazón o el flujo del aire que entra y sale de los pulmones–. Son acciones tan esenciales para la vida que, sin embargo, suelen olvidarse debido al estrés y a la hiperactividad que experimentamos en algún momento.

Esta práctica es la que hemos implementado en los últimos meses como parte del diseño de sesiones orientadas al bienestar de los empleados y empleadas de una empresa de tecnología, y es la que solemos realizar en las clases regulares de yoga hacia el final de la sesión. En definitiva, es una práctica accesible que puede servirte tanto para relajarte al final del día como para iniciarlo.

Además, integrar estas técnicas en tu rutina diaria no solo puede ayudar a gestionar el estrés, sino que también fortalece la conexión mente-cuerpo, favoreciendo un estado de calma y presencia que se extiende a todos los aspectos de la vida. ¡Que tengas una buena práctica!"