Los muchos fuegos de la moxibustión

“Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende”. Eduardo Galeano

Un grupo de plantas de artemisa en la sierra de Collserola, Barcelona. La planta tiene un fuerte aroma y es popularmente conocida como la hierba de San Juan.

¿Qué es la moxibustión?

La moxibustión es un tipo de tratamiento que integramos dentro de la práctica de la acupuntura que consiste en el uso de las hojas procesadas de una planta llamada artemisia vulgaris a través de la combustión de las mismas. Es una práctica muy arraigada en muchos países de Asia que incluye a China, Corea, Vietnam, Tíbet, Nepal, Mongolia y Japón. Su uso está tan extendido dentro de la práctica de la medicina tradicional del este de Asia que suele considerarse sinónimo de la misma. Al entrar en un lugar que huele a artemisa, sabremos que estamos en un sitio donde se practica algún tipo de medicina tradicional. El célebre poeta japonés Matsuo Basho la nombra en un haiku [1]: 

Lluvia de primavera,

la artemisa crece

a lo largo de un camino con malezas

春雨や蓬をのばす草の道

harusame ya yomogi o nobasu kusa no michi

Moxa sobre rodajas de jengibre en los puntos de acupuntura Ren 4 , 12, y Estómago 25.

¿Para qué sirve la moxibustión?

Es una terapia que se usa para tratar un amplio rango de dolencias que van desde los problemas musculoesqueléticos, los desórdenes menstruales, cambiar la posición de un feto que se presenta de nalgas, los problemas de fertilidad y hasta tratar casos de tuberculosis en África [2] allí donde los antibióticos dejan de funcionar. En los conceptos tradicionales se usa para”tonificar”, “contrarrestar la humedad” y puede ser usada asiduamente durante el invierno. Aunque estas ideas no son equiparables a un lenguaje médico moderno, su uso está emparentado con lo que hoy podríamos llamar una terapia de calor o termoterapia. Una visión reduccionista que no hace justicia con la variedad, riqueza y sutileza de esta particular práctica terapéutica cuyo origen milenario nos retrotrae al dominio del fuego por el hombre, aunque la antigüedad real del uso de la misma no se pueda determinar de manera exacta y es un tema de investigación entre los académicos e historiadores de la medicina del este de Asia. En las excavaciones arqueológicas de las tumbas de mawangdui ya aparecen textos sobre moxibustión, lo cual nos habla de que uso estuvo presente en las primeras dinastías chinas y como una terapia prominente.

En relación a su aceptación como terapia por el corpus médico actual tal como sucede con otras prácticas tradicionales de oriente, como su prima la acupuntura, a medida que la investigación científica crece, se comienza a comprender un poco mejor el funcionamiento y las acciones sobre el organismo de estas intervenciones terapéuticas. Aun así las investigaciones siguen siendo modestas en cantidad y calidad y es de esperar que, a medida que el uso de las mismas se expanda alrededor del mundo a raíz del auge que está experimentando en las últimas décadas la medicina tradicional china, haya más y mejores estudios que arrojen luz sobre los mecanismos biológicos del funcionamiento de la misma.

Un puro de moxa de estilo chino sin usar y un apagador.

Formas de uso de la moxibustión:

Un uso bastante difundido pero no el único, es el de los puros y conos adhesivos de artemisa que se utilizan tanto dentro de una consulta de acupuntura y también como tratamiento doméstico. Así y todo hay muchas formas menos conocidas de moxibustión como es el caso del okyu, micro moxa de grano de arroz; o la utilización de la moxa usando algún material intermediario como puede ser el jengibre, el ajo, el acónito o la sal, o la moxa en el mango de la aguja o kyutoshin. Todas estas técnicas suelen dividirse en directas e indirectas.

Moxa sobre el cono de la aguja, una forma de moxibusitión indirecta.

Moxibustión indirecta:

Esta es la forma más común con la que puedes ser tratado en una sesión de acupuntura. Aquí podrás sentir el suave calor de los puros de artemisa sobre diferentes partes del cuerpo, o sentir el calor que se asemeja a cuando caminamos descalzos sobre la arena cuando usamos la moxa sobre el mango de la aguja de acupuntura, o bien la sensación de calor húmedo de las rodajas de jengibre sobre el abdomen o la espalda. El Ontake o bambú caliente es otra forma de moxa indirecta que utiliza la moxa comprimida dentro de un pequeño cilindro de bambú y es una herramienta versátil que permite usarse de muchas maneras.

Okyu una forma de moxibustión directa.

Moxibustión directa:

Los usos directos de esta terapia originalmente eran bastante rudimentarios y consistían en la quema directa de la moxa sobre los puntos de acupuntura o bien en puntos de tensión muscular en las formas más empíricas de moxibustión que no utilizan un modelo conceptual que se basa en las ideas de la medicina tradicional china. Con el paso de los siglos las técnicas han ido cambiando ya que hoy en día es inaceptable hacer un procedimiento que directamente dejaba cicatrices en el cuerpo. Aun así en los textos tradicionales chinos se alababa estas cicatrices supurativas producto de la cauterización directa sobre la piel como algo positivo llamándoles “flores”. El folclore de la cultura china es muy rico en historias de los poderes mágicos que adquieren algunos individuos a través del uso continuado de la moxibustión. [3]

Con el tiempo estos tratamientos se fueron refinando especialmente en Japón hasta llegar a su expresión mínima que es la “moxa de grano de arroz”, una técnica que lleva cierto tiempo de aprendizaje ya que los conos de mogusa [4] son muy pequeños y difíciles de manipular de buenas a primeras por parte del terapeuta. La sensación de este tipo de tratamiento es parecida a como cuando nos pica un mosquito y las molestias que genera son mínimas, aunque parte de la efectividad del tratamiento está ligada a la consecución de una micro quemadura que produzca una activación del sistema inmune. [5]

Contraidicaciones

Las personas con problemas respiratorios como asma o alergias son un grupo que pueden tener reacciones adversas al humo de la moxa, en esos casos es posible usar un tipo de moxa derivada del carbón de la artemisa que no genera humo o bien usar las lámparas de tpd cuyo efecto si bien no es igual al de la moxibustión, imita de algún modo sus propiedades y beneficios. También en la literatura y libros de estudio que difunden las principales escuelas de acupuntura y medicina china en el mundo sobre la moxibustión, se advierte de no tratar a personas con presión arterial alta, embarazadas y sobre áreas inflamadas. Estas consideraciones deben examinarse de manera individual y caso por caso ya que éstas, generalmente parten de las formas más intensas de la moxibustión y no las más minimalistas como el okyu, que por ejemplo puede ser usado para tratar inflamaciones locales como en un esguince de tobillo por fuera del área afectada con mucha eficacia. 

Mis experiencias personales con la moxibustión

Una forma de comprender los efectos a largo plazo de la moxibustión es practicarla en uno mismo. Es común que un acupuntor o terapeuta de moxibustión aplique a sus pacientes abundantes cantidades de moxa durante un tratamiento, pero muchas veces más allá del período de entrenamiento formal que recibe un practicante en una escuela de acupuntura, luego la práctica en uno mismo cae en desuso.  

Como parte del proceso de investigación y refinamiento del arte de la moxibustión he ido tratándome con moxa durante un período de varios años siguiendo algunos métodos tradicionales como la moxa de ocho días después de la luna llena. Este es un tratamiento orientado a la longevidad que consiste en quemar moxa de modo directo, (en este caso usando okyu) sobre un punto de acupuntura muy conocido llamado Estómago 36 (zu san li).

La recompensa de este experimento es en primer lugar la destreza que adquirimos en el manejo de las diferentes formas de moxa y también una mejor comprensión sobre cómo manipular los diferentes tipo de moxa sea esta directa o indirecta y cómo se sienten estas técnicas en uno mismo antes de aplicarlas a un paciente. Esto me ha dado una información valiosa de cómo y qué tipo de tratamiento de moxibustión podemos usar en cada situación clínica y juzgar mejor la dosis de tratamiento.

Los puros de artemisa son una buena opción para el tratamiento doméstico.

La moxa y el tratamiento doméstico 

En estos últimos años de práctica de la acupuntura he tratado de influir en mis pacientes a que prueben la moxibustión con puros de artemisa que son relativamente fáciles de conseguir y usar, a diferencia de las formas más refinadas de las hojas de la artemisa cuyo uso requiere cierta destreza para utilizarlas en uno mismo. El uso sobre algunos puntos de acupuntura o zonas del cuerpo que pueden ser fácilmente aprendidos por un paciente, sobre todo en el tratamiento de problemas crónicos como dolores músculoesqueléticos ayuda a aliviar los síntomas de diferentes problemas de salud y pueden convertirse en un momento meditativo para dedicarse a uno mismo. Este aspecto es importante remarcar porque no en vano es un tipo de tratamiento que ha sido practicado por los monjes budistas en Japón y hay varios rituales de esta tradición que implican su uso. [6]

Aunque en nuestros países occidentales es a veces difícil influir en que un paciente realice este tipo de prácticas, en Japón y China el auto-tratamiento gozaba de popularidad, y que aparentemente ahora se circunscribe a la gente mayor que aún vivieron una parte del siglo XX antes de la revolución de los antibióticos y otra formas de biomedicina que cambiaron drásticamente el panorama de la salud mundial. Antes de ese momento el uso de la moxibustión como tratamiento era más popular y tuvo grandes exponentes y terapeutas que sólo se dedicaban a esta terapia como Isaburo Fukaya en Japón entre muchos otros.

La moxibustión en el mundo moderno

A la vista de alguien no informado la práctica de la moxibustión podría parecerle una práctica del pasado que ya deberíamos haber dejado de usar al disponer de una medicina con la capacidad de resolver muchos problemas de salud que antes no tenían solución, al menos en el entorno de los países industrializados. Pero el resurgimiento que están teniendo las medicinas tradicionales como la moxibustión quizás se deba a necesidades más profundas e insatisfechas por parte de los actuales sistemas de salud cuya complejidad muchas veces no pueden “escuchar” ni dar solución al aspecto más subjetivo de muchas de las dolencias que nos aquejan en un mundo desencantado e hipertecnológico. Esta subjetividad está compuesta por la totalidad de lo que somos en el aspecto físico, mental y emocional. Las implicaciones filosóficas y epistemológicas que intentan dar una explicación de cómo se conforma esta subjetividad exceden el alcance de este artículo. [7]

Con toda la innegable eficacia que tiene la medicina moderna, esta se basa mayoritariamente en un modelo cuantitativo y es ahí donde estas prácticas cualitativas e individualizables que parten de un modelo holístico de concebir la salud se están abriendo camino en muchas partes del mundo dentro del campo de la llamada “medicina integrativa” o complementaria. Así lo explica el notable historiador de la medicina china Paul U. Unschuld: “En la sociedad cada vez más heterogénea, étnica, ideológica y culturalmente del futuro, no se puede esperar que, en un tema tan delicado como la reacción a las enfermedades, todos los hombres concedan su confianza al mismo paradigma”. [8]

Aunque quizás con menos intensidad que en los siglos pasados, el fuego curativo de la moxa, aún sigue ardiendo alrededor del mundo entero para beneficio de quienes por necesidad, como en el caso de África, o como opción terapéutica para los que pueden elegir en otras partes, se animan a experimentarlo.

Bibliografía y lecturas recomendadas

The moon over Matsushima”, Merlin Young, Godiva Books.

“La sabiduría de curación china” Paul U. Unschuld, la liebre de marzo.

“The science delusion”, Rupert Sheldrake,  Hodder And Stoughton Ltd.

“El calor que cura”, okyu moxibustión japonesa”, Felip Caudet Piñana, natural ediciones.

NOTAS:

  1.  Con este haiku de Basho comienza el maravilloso libro sobre la moxibustión de Merlin Young, “The moon over Matsushima’ (Traducción de Ciro Berenguer)

  2.  Este proyecto promueve el uso de la moxibustión como inmunoterapia en casos de tuberculosis resistentes a los antibióticos en África. https://www.moxafrica.org/

  3. Ver Merlin Young, “The moon over Matsushima” parte 3 “la rama”.

  4.  Así es como se llama a la artemisa refinada en Japón.

  5. Una introducción accesible a la práctica del okyu es el libro de Felip Caudet, “Okyu el calor que cura”

  6. Ver Felip Caudet “Okyu el calor que cura” páginas 29 y 30.

  7.  Para quienes se interesan por este tema recomiendo la lectura de “The science delusion” de Rupert Sheldrake que ahonda en el tema de la filosofía de la ciencia y sus implicaciones en la concepción del sistema médico actual. El capítulo 9 está dedicado por entero a la cuestión sobre si la “medicina mecánica” es la única que funciona.

  8. Paul U. Unschuld, La sabiduría de curación china, página 155.