Kapalabhati en el contexto del yoga terapéutico

Por Ciro Berenguer, instructor de yoga y pilates sénior.

Resumen

En este artículo examino brevemente la evidencia textual de la respiración rápida kapālabhātī en dos de los textos clásicos de la tradición del haṭha yoga, su posible conexión con las artes curativas y la práctica en la actualidad, más mis propios hallazgos en el campo de enseñar este ejercicio en un contexto terapéutico, para que pueda ayudar a atenuar los posibles riesgos e inconvenientes derivados de las formas más extremas de este conocido y popular ejercicio de yoga.

Respirar rápido en el pasado y el presente 

La técnica de respiración rápida llamada kapālabhātī (kapa: cráneo y bhati: que brilla) es una práctica yóguica que estaba incluida dentro de un conjunto de acciones terapéuticas originalmente destinadas a la purificación del cuerpo físico, llamadas ṣaṭkarma. Aunque recontextualizadas en un entorno cultural diferente al mundo esotérico y religioso de las prácticas del haṭha yoga asociadas al tantrismo donde probablemente se originaron, y que aún en nuestros días se siguen practicando en el mundo cerrado y poco documentado de los ascetas indios, [1] hoy podemos observar que en diferentes escuelas y estilos de yoga moderno, [2] se practican algunas de estas técnicas, siendo la respiración rápida una de las más populares. En particular entre los practicantes de kundalini yoga, [3] quienes son probablemente los que más ejercitan alguna de las variantes de este particular ejercicio.

También en la India actual y quizás por efecto rebote de la popularidad que ha adquirido el “yoga transnacional” [4] en Occidente, el ejercicio ha tenido un resurgimiento masivo de la mano del gurú y empresario Baba Ramdev, que ha promocionado el ejercicio en su show televisivo y retiros multitudinarios como un curalotodo, propiciando que muchas personas acabaran con problemas graves de salud por la incorrecta práctica e interpretación de este ejercicio. [5]

Lo interesante y paradójico de kapālabhātī es que generalmente respiramos rápido como respuesta fisiológica a una mayor de demanda de oxígeno del organismo durante una actividad aeróbica, pero no sentados y quietos. Aun así hay algunas variantes posiblemente modernas de las cuales nos ocuparemos más tarde que involucran la respiración rápida con el movimiento de las extremidades y el cuerpo, por lo cual podríamos conjeturar que el ejercicio tuvo quizás un  origen en las artes marciales o cierto tipo de rutina física que luego se incorporó a una práctica sedente. O más probable como la mecanización y repetición del gesto de expulsar el aire con fuerza para sacar la mucosidad tapando una fosa nasal que todos alguna vez hemos hecho para deshacernos de la flema durante un resfriado. De todas formas, este es un tema de debate entre los académicos y la aparición de nuevos textos que eran desconocidos hasta hace unos pocos lustros, muestran que hay muchos elementos de los orígenes de la práctica de yoga sobre los cuales aún desconocemos su procedencia. 

kapALABHATI y las purificaciones del cuerpo

Regresando a los ṣaṭkarmas, estas purificaciones incluían otra serie de acciones, como la limpieza de la nariz con agua (netī), la limpieza de los dientes (danta dhauti), enemas (basti), la contracción vigorosa y de rotación de los abdominales (nauli) etc. Aunque estas acciones de limpieza son nombradas como seis, otros textos hablan de algunas más y el término ṣaṭkarma también podría tener otras connotaciones. [6]

Ilustración de kapālabhātī tomada del libro Fakire und Fakirtum im alten und modernen Indien, Richard Schmidt de 1908.

Ilustración de kapālabhātī tomada del libro Fakire und Fakirtum im alten und modernen Indien, Richard Schmidt de 1908.

El haṭha yoga pradīpikā (luz sobre el haṭha yoga), es el manual escrito más importante sobre haṭha yoga que se compiló aproximadamente en el siglo XV y describe el procedimiento en su segunda parte, en el śloka o verso 35: “kapālabhātī: efectuar rechaka (espirar) y pūraka (inspirar) rápidamente, como el fuelle de un herrero, se denomina kapālabhātī y elimina todos los males atribuibles a kapha”. [7]

Kapha, aparte de ser uno de los tres doṣas o humores corporales del sistema de la medicina tradicional India o āyurveda, de acuerdo al diccionario sánscrito de Monier Williams también es una espuma acuosa, por lo tanto podemos inferir que el haṭhapradīpikā se refiere a la mucosidad o flema y de ahí que se incluyera en las prácticas previas de purificación de los doṣas o los humores corporales. Hay que tener en cuenta que, aunque la relación entre el yoga y āyurveda es antigua y hay indicios de interrelación entre ambas disciplinas, no será hasta el siglo XX que esta integración será algo concreto y que por ejemplo, los estudiantes de ayurveda en la India en la actualidad tengan en su programa de estudios ejercicios de yoga postural y prānāyāma integrados en los planes de estudio. Actualmente las historias entrecruzadas entre yoga y āyurveda están siendo investigadas en profundidad en un proyecto académico que cubre el estudio multidisciplinar de estas prácticas desde el período medieval hasta la actualidad. [8]

Remarco este aspecto ya que nos ocuparemos del posible efecto terapéutico de este ejercicio y teniendo en cuenta que hoy en día es común escuchar en muchos proponentes modernos del yoga, como terapia en pos de la salud, que yoga y medicina siempre han estado en estrecha relación. Dichas afirmaciones muchas veces están más relacionadas con la defensa de la hagiografía particular dentro de los proponentes de cada sistema de yoga moderno que a una verdad contrastada, por ende quienes enseñamos y practicamos yoga orientado a la salud como una forma de terapia, deberíamos ser cautos a la hora de hacer tales afirmaciones. Probablemente el exponente más famoso e influyente de este sincretismo durante el siglo XX haya sido Tirumalai Krishnamacharya, quien estudió āyurveda y utilizaba una mezcla de ambos métodos al tratar alumnos de manera individual e inspiró a muchos de sus alumnos directos y practicantes alrededor del mundo a integrar métodos de biomedicina o bien medicinas tradicionales dentro de la práctica del yoga. De acuerdo con su hijo T.K.V. Desikachar, él utilizaba elementos clásicos de las medicinas tradicionales como la toma del pulso al comienzo y al final de las sesiones individuales de yoga.  [9]

LA TÉCNICA
El procedimiento de kapālabhātī es relativamente sencillo y consiste en espirar activamente e inspirar pasivamente por las fosas nasales haciendo que la espiración sea más corta que la inspiración, al menos en la interpretación moderna del ejercicio ya que como hemos visto, en el haṭhapradīpikā donde se menciona la práctica, las explicaciones son mínimas dado que originalmente estaban destinadas a la fácil memorización, ya que la tradición oral ha sido y es el principal vehículo de transmisión del conocimiento de éstas en el ámbito del yoga tradicional. Parte de las escuelas de yoga moderno sitúan a kapālabhātī como una forma atenuada de bhastrikā y lo que las diferenciaría es la intensidad en su ejecución, siendo la segunda ya un intenso ejercicio de prāṇāyāma y no un ṣaṭkarma. En este ejercicio que nos ocupa el abdomen suele contraerse fuertemente para dar expulsión al aire e inmediatamente la inspiración se realiza de manera pasiva. Esto se suele realizar en varios ciclos con descansos en el medio, proporcionales a la duración de los mismos.

Variante alterna de kapALABHATI

Esta forma es descrita de manera escueta en otro texto importante de la tradición haṭha como es el gheranda samhitā, donde se explica lo siguiente en dos versos; Vāmakrama (método por la izquierda):

1:56— Vāmakrama: se inspira suavemente por el orificio izquierdo de la nariz y se espira por el derecho. A continuación, se inspira por el derecho y se espira por el izquierdo.

1:57— Esta práctica debe efectuarse sin esfuerzo. Con ella se eliminan los desórdenes producidos por la flema (kapha). [10]

Esta forma es la que mejor parece adaptarse como comentaré luego, a realizar el ejercicio de una forma menos peligrosa y más terapéutica. Al igual que el hathapradīpikā del que el  gheranda samhitā toma como referencia y expande el repertorio de prácticas del haṭha yoga, ambos mencionan la utilización del ejercicio para la eliminación de la mucosidad y el segundo introduce el concepto de realizarlo sin esfuerzo; idea que he tomado como guía para promover un ejercicio menos intenso y más terapéutico. 

La perspectiva científica

Contrariamente a lo que aún podemos escuchar en el discurso del  yoga popular hoy en día, donde se sostiene que este tipo de respiración rápida genera una mayor oxigenación, hay indicios claros que sucede exactamente lo contrario. [11] Este es un error común que todavía se sigue repitiendo y escuchando en boca de muchos instructores de yoga modernos. Aunque quizás uno de los pocos profesores y divulgadores del yoga influyentes en Europa en las décadas pasadas, en afirmar lo contrario y describir con gran precisión la práctica de kapālabhātī fue André Van Lysebeth. [12] Desconozco de dónde provenía la información que este volcó en su conocido libro sobre prānāyāma, pero tanto el aspecto práctico como las descripciones que él realiza, son bastante cercanas a las que han hecho décadas después otros fisiólogos e investigadores médicos. 

En el excelente ensayo sobre las conexiones entre yoga y ciencia que escribió el periodista y practicante de yoga norteamericano  William J. Broad, hay muchas páginas dedicadas la explicación científica de la respiración rápida, así como también sus…

En el excelente ensayo sobre las conexiones entre yoga y ciencia que escribió el periodista y practicante de yoga norteamericano William J. Broad, hay muchas páginas dedicadas la explicación científica de la respiración rápida, así como también sus riesgos si se practica sin la supervisión adecuada.

Volviendo a la posible explicación científica sobre este ejercicio, el término que mejor describe lo que ocurre en nuestro organismo cuando respiramos rápidamente es el de la hiperventilación, la cual se caracteriza por una bajada del dióxido de carbono en nuestra sangre, que muchas veces conlleva una sensación de hormigueo en las manos y en el rostro y que en casos graves puede conducir a un desmayo. Debido a la actual popularidad de esta práctica en su país de origen como mencionaba al comienzo, han salido a la luz varios estudios recientes, principalmente en India, enfocados en medir la presión arterial y el nivel de oxígeno y otras variables fisiológicas durante la práctica de kapālabhātī. Mientras que otros se han concentrado directamente en medir los efectos en la sangre. Seguramente en los próximos años sabremos más sobre cómo la práctica de estas técnicas yóguicas afectan a la fisiología de la respiración, y esto es debido al creciente interés de la comunidad científica en la práctica del yoga. Mientras tanto deberíamos ser cautos en las afirmaciones que realizamos, especialmente quienes enseñamos yoga profesionalmente, ya que estas han ayudado a generar cierta confusión en torno a las mismas y se habla mucho sobre los beneficios y poco sobre los riesgos de una práctica inadecuada de los cuales nos ocuparemos más adelante.

Para finalizar dejo aquí un extracto de la notable obra de William J. Broad, La ciencia del yoga, donde éste detalla los efectos de la respiración rápida sobre el organismo de manera contundente: [...] «A continuación, veamos lo que ocurre si esa persona comienza a respirar de una manera acelerada. Masas de aire con concentraciones extraordinariamente bajas de dióxido de carbono (tres centésimas del uno por ciento de la atmósfera) inundan los pulmones, haciendo que disminuya la proporción de este gas. La naturaleza trata de igualar las concentraciones, de modo que el dióxido de carbono del torrente sanguíneo fluye enseguida por difusión hacia los pulmones y, como resultado, los niveles de dióxido de carbono en el cuerpo caen en picado.[...] La respiración rápida «disminuye la cantidad de dióxido de carbono que retiene el cuerpo sin aumentar de forma significativa los niveles de oxígeno». [13]             

La hiperventilación y la adrenalina

Otro de los efectos fisiológicos mensurables de la hiperventilación aparte del descenso pronunciado de los niveles de CO2, es el aumento de los niveles de adrenalina y cortisol en la sangre, las llamadas hormonas del estrés que se activan ante la reacción de huida o lucha, también conocida como respuesta de estrés agudo. Cuando estas hormonas aumentan propician que las vías respiratorias estén abiertas para preparar el cuerpo para que esté listo para huir o luchar. Un estudio científico del año 1994 [14] evidenció una subida del 360 por ciento de estas hormonas durante la hiperventilación consciente en un grupo de jóvenes estudiantes de medicina. Luego cuando los mismos participantes del experimento inhalaron aire enriquecido con CO2 con el fin de mantener los niveles de este gas a un nivel normal, los niveles de adrenalina no se vieron afectados. Aunque la posibilidad de que nos ataque un animal salvaje es escasa o nula en la mayor parte de la población mundial, (uno de los mecanismos que evolutivos que se cree están detrás de esta respuesta de nuestro organismo) este suele estar asociado a muchas patologías modernas como el estrés crónico y la ansiedad entre otros, por ende es importante tener en cuenta que cuando realizamos la respiración de fuego estamos activando esta respuesta en el cuerpo. En algunos casos y cuidando de no excedernos en la dosis, un tema central del que hablaremos luego, esta puede ser una pequeña inyección reactivadora de energía. Las investigaciones científicas que se hicieron en 2011 en la Universidad de Radboud en los Países Bajos al mundialmente famoso Wim Hof y a un grupo de sus seguidores entrenados con su método, basado en respiraciones rápidas cercanas a la modelo de la respiración de fuego, más la exposición al frío intenso, parecen mostrar que cierto nivel activación de estas hormonas pueden tener un efecto terapéutico y reducir la respuesta inflamatoria. [15] En definitiva y aplicando la famosa cita de Paracelso de que "todo es veneno y nada es veneno, sólo la dosis hace el veneno" a la respiración de fuego, usarla a nuestro favor dependerá del contexto y necesidad activar esta respuesta o no según la situación. 
                                                       

La perspectiva del practicante 

 Quienes alguna vez han hecho el experimento de hacer unas doscientas o más respiraciones por ciclo de kapālabhātī a velocidad media o rápida, seguramente han podido experimentar cierta sensación de hormigueo en el rostro y a veces un calor corporal que se desvanece rápidamente tras terminar la serie, seguidos de unos pocos y placenteros segundos de retención espontánea del aliento tras finalizar el ejercicio. Al realizar una serie más larga y con más repeticiones estos momentos de apnea suelen ser más largos y por el contrario, al hacer menos cantidad y menos intensas las respiraciones, el efecto es más suave. Esta última forma más atenuada es la que que creo se ajusta mejor a la posibilidad de trabajar este ejercicio de modo terapéutico.

Ilustración de la práctica de los ṣaṭkarmas, también llamadas kriyas del libro Fakire und Fakirtum im alten und modernen Indien, Richard Schmidt.editado en 1908.

Ilustración de la práctica de los ṣaṭkarmas, también llamadas kriyas del libro Fakire und Fakirtum im alten und modernen Indien, Richard Schmidt.editado en 1908.

Utilización terapéutica de kapALABHATI

Para quienes nos interesamos en los efectos terapéuticos del yoga deberíamos recordar al mismo hathapradīpikā que en su śloka II_21 define: “Ṣaṭkarma debe constituir la primera práctica para las personas flemáticas y de constitución débil. En otro caso (con vata, pitta y kapha equilibrados), no resulta necesario”. Por ende este procedimiento adaptado a nuestra constitución singular puede ser un excelente ejercicio de respiración que podemos integrar en nuestra práctica diaria. Si profundizamos en la idea de que cada individuo es diferente y buscamos adaptarlo a nuestra constitución particular, es decir a nuestra edad, condición de salud y hasta el objetivo de porqué practicamos yoga, que en muchos casos está en relación con la salud, el bienestar personal o el manejo del estrés causado por la vida moderna y no al logro místico-trascendental que perseguían la mayoría de los autores de los textos importantes del haṭha yoga, veremos que hay ciertos detalles que debemos tener en cuenta.

El concepto de dosis

Un concepto que he extrapolado a la práctica de kapālabhātī y al yoga en general es el de dosis similar a como se piensa en farmacología. Aunque este concepto lo he tomado  originalmente de mi práctica clínica de la acupuntura japonesa y en particular de un notable médico y acupuntor llamado Yoshio Manaka, [14] desconozco si otros practicantes modernos en el contexto del yoga terapéutico han usado un concepto similar, ya que este ha resultado muy útil para expandir la idea de adaptación de la práctica yóguica de manera individual. La dosis se suele adaptar al peso y a la constitución física de cada persona y puede entenderse como un concepto cuantitativo, que pasado por el filtro de la práctica concreta de cada persona se vuelve cualitativo, ya que es imposible determinar al igual que tomamos una pastilla qué cantidad de respiraciones o práctica yóguica necesitamos. De todas formas, con este concepto en mente, podemos acercarnos a un ajuste más apropiado a nuestras necesidades únicas y no impuestas desde fuera. En el proceso de una sesión individual de yoga terapéutico estos parámetros se pueden ajustar a través del pulso, la palpación abdominal y otros métodos como el estudio del historial previo de salud, que nos pueden ayudar a adaptar aún más esta dosis que representan cualquiera de las acciones concretas que realizamos en el transcurso de una sesión de yoga, sea pranayama o el tiempo que sostenemos una postura por dar un ejemplo. 

Por ende, una persona más vigorosa que tenga ciertas características estereotípicas como fuerza física, voz gruesa, pulso fuerte, podrá soportar mejor respiraciones fuertes y rápidas así como también una práctica física más vigorosa, que una persona que tenga voz débil o pulso hundido como puede ser el caso de una persona mayor. Por otro lado, independientemente del momento de la vida en el que nos encontremos, por ejemplo cuando nos estamos recuperando de una enfermedad, siempre será mejor recurrir a una dosis baja que implique un menor número de respiraciones por ciclo y hacer el ejercicio de una manera más suave. De todas formas, estas ideas no son más que generalizaciones ya que los individuos frecuentemente no se ajustan a un patrón específico.  

Igualmente, al iniciarse en la práctica siempre es mejor recurrir a dosis bajas para ver cómo reacciona nuestro organismo a la misma y aumentarla gradualmente a medida que se progresa. Lo que generalmente sucede cuando no ajustamos correctamente una dosis, es una sobredosis, y muchas de las lesiones en muchos casos graves como las que se han dado a partir de la popularidad de yoga, entran a mi parecer dentro de esta categoría. Son la manifestación visible de un proceso que no ha sido ajustado teniendo en cuenta las particularidades anatómicas, fisiológicas y energéticas de esas personas. El tema de la dosis tiene muchas aristas y como sostienen algunos de mis profesores, el trabajo de ajustarla a las necesidades individuales puede ser la labor de una vida. [15]

Diagrama de práctica medio en una clase de una hora

Este diagrama no es más que una orientación práctica que me ha servido en sesiones tanto individuales como grupales, pero sin duda se podrían practicar más o menos respiraciones por ciclo según el contexto. 

1er. ciclo de 30 respiraciones de kapālabhātī _ descanso de 30 segundos o más.
2o. ciclo de 30 respiraciones de kapālabhātī _ descanso de 30 segundos o más.

3er. ciclo de 30 respiraciones de kapālabhātī _ descanso de 30 segundos o más.
Opción de hacer shavasana de acuerdo a la cantidad e intensidad de las respiraciones.

Imagen de un asceta practicando una forma de usar la mano para realizar la respiración alterna de una manera diferente a las nombradas en el artículo. Fuente de la imagen: The Government Museum and Art Gallery, Chandigarh. India.

Imagen de un asceta practicando una forma de usar la mano para realizar la respiración alterna de una manera diferente a las nombradas en el artículo. Fuente de la imagen: The Government Museum and Art Gallery, Chandigarh. India.

Cómo dosificar kapALABHATI

Aunque en el yoga popular se insista en los poderes casi mágicos de esta respiración rápida y la supuesta saturación de oxígeno que provoca en el cerebro, esta afirmación, como hemos visto, no es algo del todo real y está en fase de investigación. De todas formas, si la utilizamos dosificando la cantidad de respiraciones y la intensidad, puede ser un excelente ejercicio tonificante que nos ayude a mantener despejadas las fosas nasales durante el invierno o cuando lo necesitemos porque, por ejemplo, estamos saliendo de un resfriado y necesitamos limpiar el exceso de mucosidad. 

Dosificar a través de la respiración alterna

Aunque al principio es más fácil aprender kapālabhātī sin recurrir a alternar el paso del aire, la forma alterna del ejercicio, donde espiramos e inspiramos por la misma fosa nasal y luego por la otra, parece encajar mejor con el concepto de dosificación que he desarrollado en los últimos años de aplicar esta idea en el contexto del yoga terapéutico, ya que al poner un freno a la salida del aire por una fosa nasal y no por las dos a la vez, podemos regular mejor la intensidad del ejercicio, algo que no sucede si lo hacemos por ambas fosas nasales a la vez. Aunque para remediar esto, al principio de la práctica podemos simplemente hacer menos cantidad de respiraciones. 

Posiciones de la mano para la práctica alterna

Otro aspecto importante a tener en cuenta es la posición de la mano que alterna la salida del aire, en las llamadas nasagra y vishnu mudrā (imagen izquierda y derecha respectivamente). Quizás para un practicante que se inicia en esta forma de respiración alternada, al principio sea mejor la posición de nasagra, ya que esta aporta una mayor facilidad de ejecución dado que el movimiento se realiza a través de la la flexión de las falanges proximales de los dedos meñique y anular y la aducción del pulgar desde su base en el hueso carpo en la muñeca. Por el contrario, la posición de vishnu mudra no parece tan fácil de buenas a primeras, ya que implica el movimiento de las falanges distales y medias, que con la excepción de personas que utilizan la mano y sus pequeños músculos de manera habitual, como por ejemplo en el caso de los músicos, no es un movimiento que la mayoría de las personas realizan a diario. Superada la dificultad, vishnu mudra parece aportar una mayor economía de movimientos y una mayor precisión para controlar el paso del aire por los orificios nasales.

Las dinámicas de la respiración

También es importante comprender que podríamos hacer una respiración relativamente lenta e intensa o bien una rápida y superficial o cualquiera de las posibles combinaciones de estos parámetros. Animo al practicante a que juegue un poco con estas variables hasta encontrar la dinámica que mejor se adapte a un momento determinado y pueda ayudar a realizar kapālabhātī de una manera menos mecánica y más consciente. 

Variantes que implican movimientos del cuerpo

El origen de estas formas de respiración rápida que involucran el movimiento de las extremidades no está claro y aunque a la luz de las nuevas investigaciones sobre los orígenes de la práctica postural moderna del yoga, es difícil aventurarse a declarar que esta posibilidad de ejercicios no hayan existido en la historia antigua y premoderna del mismo. De todas formas, los indicios parecen apuntar a algún tipo de sincretismo moderno desarrollado durante el siglo XX entre los varios reformadores de la práctica que integraron movimientos físicos probablemente influidos por las artes marciales indias o foráneas y fueron gradualmente integrados dentro de la praxis moderna. Como comentaba al inicio del artículo, las evidencias textuales de los textos clásicos del hatha yoga no mencionan ejercicios asociados a prácticas con la respiración que impliquen el movimiento de las extremidades.
Esta es una pregunta que me he hecho durante mucho tiempo y habiendo consultado a varios académicos para escribir este artículo, las evidencias de movimientos de brazos o piernas durante esta práctica no están reflejados en los textos antiguos y premodernos. De todas formas, como el puzzle de los orígenes del yoga moderno no está del todo resuelto, la pregunta seguirá sin respuesta hasta que aparezcan más evidencias de esta conexión entre artes marciales, técnicas de respiración y yoga. Ahora expondré dos variantes de estos ejercicios que deberían ser practicados con el mismo cuidado que las formas sedentes.

Ejercicio 1: rodar como un balón haciendo coincidir la exhalación con el empuje de las piernas hacia el torso. Tal como sucede en las otra formas de kapālabhātī, la ratio puede mantenerse en 1:3 o 1:2, es decir un tiempo rápido de exhalación y dos o tres de inspiración pasiva. 

Ejercicio 2: desde posición sedente doblar un codo llevando el brazo hacia atrás haciendo coincidir este movimiento con el de la exhalación, al igual que si tiráramos de una cuerda de modo alterno entre un brazo y el otro, mantenemos la misma ratio que en la forma 1 del ejercicio. 

Contraindicaciones

Aunque la suave ejecución de kapālabhātī limita bastante los posibles efectos adversos de esta respiración, con el tiempo me he permitido desaconsejar su práctica a personas que tengan signos tales como enrojecimiento del rostro, calor, acúfenos o estrés crónico, ya que como el mismo nombre del ejercicio indica, este moviliza de un modo explícito la fuerza vital a la zona del cuello, la cabeza y muy posiblemente movilice la sangre en el cerebro como sostenía André Van Lysebeth, [16] de ahí la recomendación de realizar un poco de savasana al finalizar el ejercicio, en especial si hemos realizado más respiraciones por ciclo y con una mayor intensidad. Así y todo creo muchas de las contraindicaciones que han dado algunos referentes en el yoga contemporáneo, estas se deben principalmente a que el punto de partida ha sido siempre un ejercicio extremo y no su adaptación terapéutica.

Otra dificultad que debemos aceptar cuando practicamos esta respiración y sobre la que no hay mucho que hacer, es relativa a la desviación del tabique nasal, lo cual hace que el volumen de aire inspirado y espirado varíe entre una fosa y la otra. Esto se torna más evidente en la forma alterna del ejercicio. La única solución que he encontrado a esta situación es intentar compensar la salida del aire por la fosa nasal menos obturada haciendo que este salga de una manera menos fuerte por esta misma, lo cual balancea de algún modo el aire espirado. Aun así podemos practicarlo y beneficiarnos asumiendo este pequeño obstáculo como parte de la práctica. 

Conclusión 

Kapālabhātī es uno de los ejercicios que parece adaptarse mejor a la estación fría y practicado de una manera regular nos puede ayudar a mantener las vías respiratorias libres de mucosidad, un requisito importante como paso previo a la práctica del yoga, razón por la cual es quizás mejor realizar esta intervención terapéutica al comienzo y no al final de una sesión. Sea cual sea el origen del ejercicio y aunque podemos especular que haya tenido indudablemente una aplicación esotérica, ya que su práctica intensa genera un interesante estado de calma mental, kapālabhātī puede ayudarnos a conseguir el fin más modesto y no por eso menos importante; despejar las fosas nasales y mantener la mucosidad alejada siempre y cuando podamos tener en cuenta todos los matices y detalles sutiles que he intentado pormenorizar en este artículo. En especial si queremos reducir el riesgo asociado a practicar las formas más intensas de esta respiración.

notas

  1. De acuerdo al trabajo de campo realizado por Daniella Bevilacqua en India, no todos los sadhus conocen o practican los ṣaṭkarma,y si los practican, lo hacen aquellos que les son relevantes y en especial quienes practican la llamada yoga sadhana. Otro nombre para referirse a estas prácticas dentro de la cual estaría contenida kapālabhātī es kriya. Comunicación personal con Daniella el 17/02/2020.

  2. Por yoga moderno tomo el concepto de Elizabeth de Michelis que subdivide en varios tipos la práctica de yoga físico tal como la entendemos en la actualidad.

  3. Aquí me refiero al sistema de yoga postural moderno que popularizó el yogui Bhajan.

  4. Para una descripción más detallada del concepto “yoga transnacional” ver la obra de Mark Singleton “El cuerpo del yoga”, los orígenes de la práctica postural moderna, Mark Singleton, Ediciones Kairós.

  5. Este artículo de la prensa India comenta los efectos adversos de la popularidad de kapālabhātī a raíz de la exposición mediática del ejercicio en televisión. https://www.livemint.com/Leisure/154E5M5IxPpBsjV11O9W7M/Is-Kapalbhati-killing-you.html

  6. El término ṣaṭkarma podría tener otras connotaciones como “actos mágicos” Ver James Mallinson y Mark Singleton, Roots of Yoga, páginas 49 y 50. Penguin Classics 2017.

  7. Traducción de José Antonio Offroy de diversas fuentes publicadas en Inglés, entre ellas la de Theos Bernard http://www.yoga-darshana.com/hathayogapradipika.pdf (último acceso 10/11/18). Una interpretación similar y más reciente se puede consultar en Roots of Yoga, páginas 71-73. (ver bibliografía).

  8. En la web del proyecto se puede acceder a varios artículos de divulgación y una línea de tiempo ilustrativa sobre los puntos de encuentro entre yoga y āyurveda. http://hyp.soas.ac.uk/

  9. Esta información proviene del curso “El océano del yoga” que el hijo de Krishnamacharya, T.K.V. Desikachar impartió en Barcelona en septiembre de 2009 y explicó varios detalles de la metodología de trabajo de su padre.

  10. Traducción de José Antonio Offroy de diversas fuentes publicadas en Inglés. Para una edición crítica más reciente del texto ver, Gheranda Samhita de James Mallison, con una traducción similar: "Inhale through the left nostril and exhale through the right. Then, after filling yourself up with air by inhaling through the right nostril, exhale through the left'' (1:55) “Inhale and exhale quickly and do not hold the breath. By using this practice one keeps imbalances of kapha at bay” (1:56) página 14.

  11. Ver William J. Broad, La ciencia del yoga, páginas 130- 135 para una explicación detallada de los efectos de la respiración rápida sobre el metabolismo y el balance de dióxido de carbono en la sangre y las lesiones derivadas de la práctica inadecuada del ejercicio.

  12. Ver André Van Lysebeth, Pranayama, a la serenidad por el yoga, ediciones Urano, páginas 212-227.

  13. William J. Broad, La ciencia del yoga, página 131.

  14.  Ver https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/7875136/ 

  15. Ver James Nestor, Respira, página 117.

  16. Para una discusión pormenorizada de las ideas de Manaka con respecto a la dosis ver Yoshio Manaka, En pos de la cola del dragón, La liebre de Marzo.

  17. Ver “Juzgando la correcta dosis de tratamiento y la sensibilidad del paciente” de Stephen Birch. Este escrito cubre el aspecto teórico y práctico de la dosis en acupuntura y medicina oriental y ha sido útil para utilizarlo en el contexto del yoga terapéutico de modo experimental en las sesiones individuales. Si bien no hay una edición oficial del mismo, parte de estas ideas aparecen en la obra de Manaka que él coescribió con este último.

  18. Ver André Van Lysebeth, Pranayama, a la serenidad por el yoga, ediciones Urano, páginas 212-227.



Bibliografía y lecturas recomendadas: