acupuntura japonesa, medicina china Ciro Berenguer acupuntura japonesa, medicina china Ciro Berenguer

Los muchos fuegos de la moxibustión

La moxibustión es un tipo de tratamiento que integramos dentro de la práctica de la acupuntura que consiste en el uso de las hojas procesadas de una planta llamada artemisia vulgaris a través de la combustión de las mismas. Es una práctica muy arraigada en muchos países de Asia que incluye a China, Corea, Vietnam, Tíbet, Nepal, Mongolia y Japón.

“Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende”. Eduardo Galeano

Un grupo de plantas de artemisa en la sierra de Collserola, Barcelona. La planta tiene un fuerte aroma y es popularmente conocida como la hierba de San Juan.

¿Qué es la moxibustión?

La moxibustión es un tipo de tratamiento que integramos dentro de la práctica de la acupuntura que consiste en el uso de las hojas procesadas de una planta llamada artemisia vulgaris a través de la combustión de las mismas. Es una práctica muy arraigada en muchos países de Asia que incluye a China, Corea, Vietnam, Tíbet, Nepal, Mongolia y Japón. Su uso está tan extendido dentro de la práctica de la medicina tradicional del este de Asia que suele considerarse sinónimo de la misma. Al entrar en un lugar que huele a artemisa, sabremos que estamos en un sitio donde se practica algún tipo de medicina tradicional. El célebre poeta japonés Matsuo Basho la nombra en un haiku [1]: 

Lluvia de primavera,

la artemisa crece

a lo largo de un camino con malezas

春雨や蓬をのばす草の道

harusame ya yomogi o nobasu kusa no michi

Moxa sobre rodajas de jengibre en los puntos de acupuntura Ren 4 , 12, y Estómago 25.

¿Para qué sirve la moxibustión?

Es una terapia que se usa para tratar un amplio rango de dolencias que van desde los problemas musculoesqueléticos, los desórdenes menstruales, cambiar la posición de un feto que se presenta de nalgas, los problemas de fertilidad y hasta tratar casos de tuberculosis en África [2] allí donde los antibióticos dejan de funcionar. En los conceptos tradicionales se usa para”tonificar”, “contrarrestar la humedad” y puede ser usada asiduamente durante el invierno. Aunque estas ideas no son equiparables a un lenguaje médico moderno, su uso está emparentado con lo que hoy podríamos llamar una terapia de calor o termoterapia. Una visión reduccionista que no hace justicia con la variedad, riqueza y sutileza de esta particular práctica terapéutica cuyo origen milenario nos retrotrae al dominio del fuego por el hombre, aunque la antigüedad real del uso de la misma no se pueda determinar de manera exacta y es un tema de investigación entre los académicos e historiadores de la medicina del este de Asia. En las excavaciones arqueológicas de las tumbas de mawangdui ya aparecen textos sobre moxibustión, lo cual nos habla de que uso estuvo presente en las primeras dinastías chinas y como una terapia prominente.

En relación a su aceptación como terapia por el corpus médico actual tal como sucede con otras prácticas tradicionales de oriente, como su prima la acupuntura, a medida que la investigación científica crece, se comienza a comprender un poco mejor el funcionamiento y las acciones sobre el organismo de estas intervenciones terapéuticas. Aun así las investigaciones siguen siendo modestas en cantidad y calidad y es de esperar que, a medida que el uso de las mismas se expanda alrededor del mundo a raíz del auge que está experimentando en las últimas décadas la medicina tradicional china, haya más y mejores estudios que arrojen luz sobre los mecanismos biológicos del funcionamiento de la misma.

Un puro de moxa de estilo chino sin usar y un apagador.

Formas de uso de la moxibustión:

Un uso bastante difundido pero no el único, es el de los puros y conos adhesivos de artemisa que se utilizan tanto dentro de una consulta de acupuntura y también como tratamiento doméstico. Así y todo hay muchas formas menos conocidas de moxibustión como es el caso del okyu, micro moxa de grano de arroz; o la utilización de la moxa usando algún material intermediario como puede ser el jengibre, el ajo, el acónito o la sal, o la moxa en el mango de la aguja o kyutoshin. Todas estas técnicas suelen dividirse en directas e indirectas.

Moxa sobre el cono de la aguja, una forma de moxibusitión indirecta.

Moxibustión indirecta:

Esta es la forma más común con la que puedes ser tratado en una sesión de acupuntura. Aquí podrás sentir el suave calor de los puros de artemisa sobre diferentes partes del cuerpo, o sentir el calor que se asemeja a cuando caminamos descalzos sobre la arena cuando usamos la moxa sobre el mango de la aguja de acupuntura, o bien la sensación de calor húmedo de las rodajas de jengibre sobre el abdomen o la espalda. El Ontake o bambú caliente es otra forma de moxa indirecta que utiliza la moxa comprimida dentro de un pequeño cilindro de bambú y es una herramienta versátil que permite usarse de muchas maneras.

Okyu una forma de moxibustión directa.

Moxibustión directa:

Los usos directos de esta terapia originalmente eran bastante rudimentarios y consistían en la quema directa de la moxa sobre los puntos de acupuntura o bien en puntos de tensión muscular en las formas más empíricas de moxibustión que no utilizan un modelo conceptual que se basa en las ideas de la medicina tradicional china. Con el paso de los siglos las técnicas han ido cambiando ya que hoy en día es inaceptable hacer un procedimiento que directamente dejaba cicatrices en el cuerpo. Aun así en los textos tradicionales chinos se alababa estas cicatrices supurativas producto de la cauterización directa sobre la piel como algo positivo llamándoles “flores”. El folclore de la cultura china es muy rico en historias de los poderes mágicos que adquieren algunos individuos a través del uso continuado de la moxibustión. [3]

Con el tiempo estos tratamientos se fueron refinando especialmente en Japón hasta llegar a su expresión mínima que es la “moxa de grano de arroz”, una técnica que lleva cierto tiempo de aprendizaje ya que los conos de mogusa [4] son muy pequeños y difíciles de manipular de buenas a primeras por parte del terapeuta. La sensación de este tipo de tratamiento es parecida a como cuando nos pica un mosquito y las molestias que genera son mínimas, aunque parte de la efectividad del tratamiento está ligada a la consecución de una micro quemadura que produzca una activación del sistema inmune. [5]

Contraidicaciones

Las personas con problemas respiratorios como asma o alergias son un grupo que pueden tener reacciones adversas al humo de la moxa, en esos casos es posible usar un tipo de moxa derivada del carbón de la artemisa que no genera humo o bien usar las lámparas de tpd cuyo efecto si bien no es igual al de la moxibustión, imita de algún modo sus propiedades y beneficios. También en la literatura y libros de estudio que difunden las principales escuelas de acupuntura y medicina china en el mundo sobre la moxibustión, se advierte de no tratar a personas con presión arterial alta, embarazadas y sobre áreas inflamadas. Estas consideraciones deben examinarse de manera individual y caso por caso ya que éstas, generalmente parten de las formas más intensas de la moxibustión y no las más minimalistas como el okyu, que por ejemplo puede ser usado para tratar inflamaciones locales como en un esguince de tobillo por fuera del área afectada con mucha eficacia. 

Mis experiencias personales con la moxibustión

Una forma de comprender los efectos a largo plazo de la moxibustión es practicarla en uno mismo. Es común que un acupuntor o terapeuta de moxibustión aplique a sus pacientes abundantes cantidades de moxa durante un tratamiento, pero muchas veces más allá del período de entrenamiento formal que recibe un practicante en una escuela de acupuntura, luego la práctica en uno mismo cae en desuso.  

Como parte del proceso de investigación y refinamiento del arte de la moxibustión he ido tratándome con moxa durante un período de varios años siguiendo algunos métodos tradicionales como la moxa de ocho días después de la luna llena. Este es un tratamiento orientado a la longevidad que consiste en quemar moxa de modo directo, (en este caso usando okyu) sobre un punto de acupuntura muy conocido llamado Estómago 36 (zu san li).

La recompensa de este experimento es en primer lugar la destreza que adquirimos en el manejo de las diferentes formas de moxa y también una mejor comprensión sobre cómo manipular los diferentes tipo de moxa sea esta directa o indirecta y cómo se sienten estas técnicas en uno mismo antes de aplicarlas a un paciente. Esto me ha dado una información valiosa de cómo y qué tipo de tratamiento de moxibustión podemos usar en cada situación clínica y juzgar mejor la dosis de tratamiento.

Los puros de artemisa son una buena opción para el tratamiento doméstico.

La moxa y el tratamiento doméstico 

En estos últimos años de práctica de la acupuntura he tratado de influir en mis pacientes a que prueben la moxibustión con puros de artemisa que son relativamente fáciles de conseguir y usar, a diferencia de las formas más refinadas de las hojas de la artemisa cuyo uso requiere cierta destreza para utilizarlas en uno mismo. El uso sobre algunos puntos de acupuntura o zonas del cuerpo que pueden ser fácilmente aprendidos por un paciente, sobre todo en el tratamiento de problemas crónicos como dolores músculoesqueléticos ayuda a aliviar los síntomas de diferentes problemas de salud y pueden convertirse en un momento meditativo para dedicarse a uno mismo. Este aspecto es importante remarcar porque no en vano es un tipo de tratamiento que ha sido practicado por los monjes budistas en Japón y hay varios rituales de esta tradición que implican su uso. [6]

Aunque en nuestros países occidentales es a veces difícil influir en que un paciente realice este tipo de prácticas, en Japón y China el auto-tratamiento gozaba de popularidad, y que aparentemente ahora se circunscribe a la gente mayor que aún vivieron una parte del siglo XX antes de la revolución de los antibióticos y otra formas de biomedicina que cambiaron drásticamente el panorama de la salud mundial. Antes de ese momento el uso de la moxibustión como tratamiento era más popular y tuvo grandes exponentes y terapeutas que sólo se dedicaban a esta terapia como Isaburo Fukaya en Japón entre muchos otros.

La moxibustión en el mundo moderno

A la vista de alguien no informado la práctica de la moxibustión podría parecerle una práctica del pasado que ya deberíamos haber dejado de usar al disponer de una medicina con la capacidad de resolver muchos problemas de salud que antes no tenían solución, al menos en el entorno de los países industrializados. Pero el resurgimiento que están teniendo las medicinas tradicionales como la moxibustión quizás se deba a necesidades más profundas e insatisfechas por parte de los actuales sistemas de salud cuya complejidad muchas veces no pueden “escuchar” ni dar solución al aspecto más subjetivo de muchas de las dolencias que nos aquejan en un mundo desencantado e hipertecnológico. Esta subjetividad está compuesta por la totalidad de lo que somos en el aspecto físico, mental y emocional. Las implicaciones filosóficas y epistemológicas que intentan dar una explicación de cómo se conforma esta subjetividad exceden el alcance de este artículo. [7]

Con toda la innegable eficacia que tiene la medicina moderna, esta se basa mayoritariamente en un modelo cuantitativo y es ahí donde estas prácticas cualitativas e individualizables que parten de un modelo holístico de concebir la salud se están abriendo camino en muchas partes del mundo dentro del campo de la llamada “medicina integrativa” o complementaria. Así lo explica el notable historiador de la medicina china Paul U. Unschuld: “En la sociedad cada vez más heterogénea, étnica, ideológica y culturalmente del futuro, no se puede esperar que, en un tema tan delicado como la reacción a las enfermedades, todos los hombres concedan su confianza al mismo paradigma”. [8]

Aunque quizás con menos intensidad que en los siglos pasados, el fuego curativo de la moxa, aún sigue ardiendo alrededor del mundo entero para beneficio de quienes por necesidad, como en el caso de África, o como opción terapéutica para los que pueden elegir en otras partes, se animan a experimentarlo.

Bibliografía y lecturas recomendadas

The moon over Matsushima”, Merlin Young, Godiva Books.

“La sabiduría de curación china” Paul U. Unschuld, la liebre de marzo.

“The science delusion”, Rupert Sheldrake,  Hodder And Stoughton Ltd.

“El calor que cura”, okyu moxibustión japonesa”, Felip Caudet Piñana, natural ediciones.

NOTAS:

  1.  Con este haiku de Basho comienza el maravilloso libro sobre la moxibustión de Merlin Young, “The moon over Matsushima’ (Traducción de Ciro Berenguer)

  2.  Este proyecto promueve el uso de la moxibustión como inmunoterapia en casos de tuberculosis resistentes a los antibióticos en África. https://www.moxafrica.org/

  3. Ver Merlin Young, “The moon over Matsushima” parte 3 “la rama”.

  4.  Así es como se llama a la artemisa refinada en Japón.

  5. Una introducción accesible a la práctica del okyu es el libro de Felip Caudet, “Okyu el calor que cura”

  6. Ver Felip Caudet “Okyu el calor que cura” páginas 29 y 30.

  7.  Para quienes se interesan por este tema recomiendo la lectura de “The science delusion” de Rupert Sheldrake que ahonda en el tema de la filosofía de la ciencia y sus implicaciones en la concepción del sistema médico actual. El capítulo 9 está dedicado por entero a la cuestión sobre si la “medicina mecánica” es la única que funciona.

  8. Paul U. Unschuld, La sabiduría de curación china, página 155.

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Ontake vs. zanshin

El ontake o bambú caliente es una herramienta versátil que puede ser usada de muchas maneras. Uno de sus usos es similar al del zanshin (que quiere decir trompeta en japonés), con la ventaja añadida que al usar el ontake, agregamos los beneficios de una terapia de calor. La técnica es parecida a la del zanshin: se dan golpecitos suaves y uniformes sobre los trapecios, mientras la mano acompañante se desliza rápidamente sobre la superficie que vamos tratando.

Usando el ontake como un zanshin

El ontake o bambú caliente es una herramienta versátil que puede ser usada de muchas maneras. Uno de sus usos es similar al del zanshin (que quiere decir trompeta en japonés), con la ventaja añadida que al usar el ontake, agregamos los beneficios de una terapia de calor. La técnica es parecida a la del zanshin: se dan golpecitos suaves y uniformes sobre los trapecios, mientras la mano acompañante se desliza rápidamente sobre la superficie que vamos tratando.

Aparte de ser un tratamiento agradable de recibir, este nos ayudará en casos de fatiga o bien tensión superficial en los trapecios. En términos de medicina china, podríamos pensar en una técnica tonificante.

Retomando la técnica del zanshin de la que deriva este uso particular del ontake, en su libro “Japanese acupuncture: a clinical guide” de Stephen Birch y Junko Ida nos cuentan lo siguiente: “El Ling Shu describe el zanshin teniendo una larga cabeza con una punta afilada que se inserta superficialmente para deshacerse del “calor maligno” en la superficie de la piel. La estructura de la aguja la hace dolorosa y dificultosa para la inserción, en consecuencia su uso en Japón ha tendido a seguir métodos sin punción.” [1]

Me parece importante remarcar este concepto de superficialidad en el tratamiento y el de “calor maligno” al que refiere el Ling Shu, a diferencia de otras herramientas no insertivas como el enshin (ver artículo sobre el enshin) que tienden a efectos más profundos, el zanshin nos servirá para tratar la superficie en casos donde la zona a tratar y el paciente tenga claros indicios de calor.

En definitiva ambas herramientas son útiles, y en algunos casos como cuando tratamos pacientes que tienen problemas respiratorios y el humo de la moxa pueda suponer un problema, el zanshin es una buena opción para desbloquear los trapecios. En mi experiencia, el zanshin ha resultado ser más apropiado en pacientes con signos de calor, y sensación de “qi a contracorriente o rebelde, [2] que presentan contracturas superficiales en el área de los trapecios. Por el contrario el ontake usado como un zanshin suele ser más apropiado en pacientes con sensación de frío y debilidad, que presenten la zona fría al tacto, lo que generalmente la MTC engloba dentro de los llamados patrones de insuficiencia, término que como muchos practicantes de acupuntura sabrán, no es fácil definir en lengua castellana, ya que estos conceptos traducidos desde los textos clásicos chinos no son equivalentes del todo a los que usamos en las lenguas occidentales. De momento considero estas ideas como parciales y sujetas al cambio y a la posibilidad de que cuando revise este escrito en un tiempo, otros detalles sutiles o descubrimientos puedan ser agregados al uso de estas magníficas herramientas.

Creo que como terapeutas debemos estar abiertos a la posibilitad que nuestros pacientes muestren signos contradictorios y nuestro trabajo consiste en encontrar una solución adecuada para cada uno de ellos. .En resumen, es el contexto que nos llevará a usar una herramienta u otra, siendo ambas útiles tanto si practicas acupuntura japonesa o bien MTC. Como todas las habilidades manuales, la práctica continuada nos llevará a mejorar la habilidad del uso de estas herramientas y a sentirlas como una extensión de la manos, tal como sucede por ejemplo, con la práctica durante muchas décadas de un instrumento musical.

Como paciente si recibes este tratamiento, lo que puedes esperar es que, ¡tus hombros cansados se sientan aliviados! Durante los últimos 5 años el ontake sigue siendo uno de los tratamientos que mejor me ayudan a conectar con pacientes que a veces tienen miedo a las agujas o simplemente necesitan un tratamiento más suave. La belleza de los métodos japoneses, tal como sucede en otros campos del arte japonés, reside en la idea que menos es más, y que esos estímulos mínimos pueden ser tan efectivos a nivel clínico como intervenciones más agresivas que causan molestias, algo que cada día es menos frecuente, incluso en China.

NOTAS:

  1. Este libro no es fácil de conseguir porque no ha habido re-ediciones y los que están a la venta en amazon, muchas veces a precios exorbitantes, son parte del stock remanente de la edición original de 1998. La traducción del texto en Inglés es a mi cargo.

  2. Ver definición de qi rebelde en este artículo de G. Macciocia.

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El enshin y su uso en acupuntura japonesa.

El enshin es un tipo de aguja que no se inserta en la piel y que es descrita por el Ling Shu teniendo una punta redonda, con forma de huevo y que se usa frotándose sobre la piel.

Enshin de acero inoxidable.

¿QUE ES UNA AGUJA ENSHIN?

El enshin es un tipo de aguja que no se inserta en la piel y que es descrita por el Ling Shu teniendo una punta redonda, con forma de huevo y que se usa frotándose sobre la piel y eventualmente para descongestionar áreas del cuerpo con tensión muscular a través de métodos de presión.

¿PARA QUE SIRVE?

Para deshacerse del qi maligno, que se aloja en los músculos a cierto nivel de profundidad y para promover la circulación de qi y sangre en áreas del cuerpo que puedan manifestar vacío, es decir sensación de falta del fluir de fuerza vital, zonas del cuerpo frías, etc.

El enshin también se puede usar en otras partes del cuerpo como la cara interna de los antebrazos para tonificar los meridianos yin del brazo y la forma de usarlo es similar a la que haríamos sobre otras partes de cuerpo.

UN USO CLÍNICO SENCILLO:

Aunque personalmente he experimentado con este tipo de agujas en diferentes partes del cuerpo, como por ejemplo en el interior del antebrazo, sobre el meridiano del pericardio para inducir un estado de calma, otro uso clínico relativamente común en adultos, es la realización de largos movimientos fluidos sobre la espalda (sobre meridiano de la vejiga) a fin de tonificar y promover la circulación de qi y sangre en la zona. En palabras de Steven Birch y Junko Ida: [...] «Tal como sucede con el zanshin el enshin ha sido rediseñado para usos más amplios. Hay enshin de acero inoxidable con cabezas totalmente redondeadas, o cabezas redondeadas con una pequeña punta roma. Estas agujas son usadas para promover el fluir de qi y la sangre a través de técnicas de frotado. La punta roma se usa para el tipo de técnicas de dar golpecitos. Versiones de plata del enshin se han convertido en las herramientas favoritas en algunos de los grupos de practicantes de Keiraku Chiryo. El enshin de plata, que es relativamente popular en el grupo de Toyohari, se usa principalmente en las partes posteriores del cuerpo con movimientos largos y fluidos. La plata por su naturaleza es más tonificante que el acero inoxidable. El uso del enshin de plata frotado sobre un área de vacío es beneficioso para incrementar el fluir del qi y de sangre en dicha área.» [1]

COMO SUJETAR EL ENSHIN Y SU USO CLÍNICO:

El enshin queda en diagonal sobre la palma de la mano y se sujeta con el pulgar. Lo más importante a mi entender es que los movimientos de la mano sean armónicos, como si se tratase del fluir de una ola sobre el área seleccionada. Quienes están familiarizados con prácticas como el qi gong quizás tengan una mayor facilidad para aprender a usar esta herramienta, ya que los movimientos de ésta, de alguna forma recuerdan a los suaves y fluidos desplazamientos de las manos típicos de los ejercicios de las técnicas de cultivo interior de esta tradición china.

Si queréis saber un poco más sobre esta herramienta recomiendo la lectura de Japanese Acupuncture: A Clinical Guide de Steven Birch y Junko Ida,  uno de los pocos libros que detalla el uso de estas herramientas en la práctica clínica moderna, donde también podréis saber un poco más sobre otras herramientas de uso común en la acupuntura japonesa y que son poco conocidas por los practicantes de MTC y acupuntura china.

CONCLUSIÓN:

Una herramienta de fácil aplicación que ayuda a promover el movimiento de la sangre y el qi en el cuerpo. También es una excelente opción de tratamiento para las personas que tienen miedo a las agujas de acupuntura, o personas sensibles a la punción. Aunque en apariencia al utilizar estas herramientas, lo que sucede es poco, al tratarse de un estímulo superficial, bien aplicada es un herramienta poderosa que puede inducir cambios positivos en pocos segundos y que podemos cuantificar en el pulso, el tono muscular, los cambios del qi, etc.

notas:

[1] Japanese Acupuncture: “A Clinical Guide” por Steven Birch y Junko Ida. página 46. Traducción Ciro Berenguer.

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Okyu, el arte de lo pequeño

El okyu es una forma de terapia de micro-moxa consistente en el uso de pequeños conos de algunas variedades de la hierba artemisa vulgaris en su forma procesada y más refinada, que generalmente tienen un tamaño similar al de un grano de arroz, aunque a veces pueden ser más grandes o aún más pequeños según las diferentes tradiciones de los practicantes de esta técnica.

Por Ciro Berenguer, acupuntor y moxibustor de estilos japoneses.

¿Qué es el okyu

El okyu es una forma de terapia de micro-moxa consistente en el uso de pequeños conos de algunas variedades de la hierba artemisa vulgaris en su forma procesada y más refinada, que generalmente tienen un tamaño similar al de un grano de arroz, aunque a veces pueden ser más grandes o aún más pequeños según las diferentes tradiciones de los practicantes de esta técnica. Esta forma de práctica de la moxibustión cuenta con una larga y rica tradición terapéutica en Japón y tiene algunos pocos practicantes que solo se dedican a esta, mientras que otros la integran dentro de la acupuntura. Hasta hace unas décadas su uso era prácticamente desconocido en Occidente, pero a medida que la acupuntura y la moxibustión van dejando de ser algo exótico a ganar reputación como una opción terapéutica, su utilización va creciendo lentamente dentro del ámbito en su mayoría de practicantes de medicina tradicional china. Aunque su empleo está menos difundido que el de la moxibustión china, en los últimos años han ido apareciendo excelentes estudios de referencia sobre su práctica que han ampliado el interés por su uso e integración dentro de la consulta de algunos fisioterapeutas y también en la esfera de la medicina complementaria. 

Acuarela de Yoshio Manaka que muestra los duros procedimientos de la moxibustión en la antigüedad en China.

Fundamentos de su uso

Una de las características de esta singular tradición de moxa japonesa, es que a diferencia de la acupuntura, que tiene un anclaje teórico en la medicina tradicional china, esta es mayoritariamente una técnica empírica, [1] con sus propios puntos “vivos”, que es donde se aplican los conos y se dejan quemar una vez que el practicante los ha descubierto a través de la palpación. Estos puntos suelen responder a las características de lo que podríamos definir como una contractura muscular o un nudo. De todas formas lo más importante es que el punto sea reactivo, es decir que se pueda percibir un punto de tensión muscular, un poco como sucede con los conocidos trigger points de la punción seca o también los puntos ashi dolorosos de la medicina tradicional china. 

Aunque este enfoque no es del todo exclusivo y también se suelen usar algunos puntos de acupuntura famosos como Estómago 36 o Intestino Grueso 11 y 4 entre otros, más el agregado de puntos propios que solo se aplican dentro de esta tradición y muchos parten de los descubrimientos empíricos de algunos practicantes famosos que fueron recomendado su utilización a partir de su larga experiencia clínica. Por ende no es raro encontrar algunos puntos que no parecen tener ningún tipo de correlación por cercanía o uso clínico con los que suele aprender un acupuntor, pero que son de uso común dentro de la tradición del okyu. El uso clínico de este tipo de terapia varía mucho de un practicante a otro, algunos de ellos la usan como una terapia única o bien en mi caso, como un complemento de la acupuntura japonesa.

Mecanismos de funcionamiento del okyu

Uno de los aspectos más importantes que debemos comprender sobre esta técnica es que se trata de generar intencionalmente una micro quemadura sobre la piel para que de esta manera el sistema inmune reaccione y así se ponga en marcha un proceso curativo. Si bien hay registros históricos en los que se observa que los procedimientos originales de la moxibustión eran muy duros, y las cicatrices producto de la quema de los conos de moxa eran en parte buscados y también parte del precio a pagar por el procedimiento terapéutico, hoy en día esto es algo impensable, ya que por suerte los métodos se volvieron cada vez más sutiles y las molestias que se generan son mínimas. Por otro lado con cierta habilidad por parte del practicante los conos no han de quemarse necesariamente de manera total y de este modo más que una micro quemadura, lo que se genera es un leve enrojecimiento de la piel que la hace más aceptable a los pacientes y con un menor grado de estímulo que dejar quemar directamente el cono entero. Los mecanismos biológicos sobre cómo funciona este tipo de estímulos no están del todo claros, al menos si queremos conceptualizarlos dentro del paradigma de la medicina científica occidental, aunque hay estudios en marcha que están intentando dilucidar su funcionamiento. [2]

Anillo para la práctica de okyu.

¿Cómo se aplican los conos?

Los pequeños granos de mogusa se encienden con una varilla de incienso y se deja quemar de manera completa o parcial sobre la piel usando una pomada de color rojizo llamada shiunko, que en su uso original es un ungüento utilizado para tratar las quemaduras en Japón y fuera de las tiendas especializadas en acupuntura y moxibustión en su país de origen suele encontrarse en el equivalente a los herbolarios en Europa. También los conos se pueden adherir a la piel usando agua, y para esto es común utilizar un anillo especial que tiene la forma de pequeño cuenco, donde se deja un algodón humedecido, que se usa para mojar la zona donde se va a adherir un cono. De todas formas hay quienes recurren a tener un pequeño cuenco de agua y humedecer la superficie donde se va a pegar el cono sin usar un método u otro. Dependerá de la frecuencia con que empleemos esta terapia que nos quedemos con una forma u otra de uso. 

Crema shuinko para marcado de puntos.

Consejos cuando usamos crema shiunko

La aplicación de la crema posee la ventaja de darnos un indicador visual del punto que hemos encontrado y dónde vamos a poner el cono, esto es una parte importante de la eficacia del okyu: ya que lo que buscamos es disolver estos nudos para permitir el movimiento de la sangre y el qi. Por otro lado, el uso de ésta suele hacer menos fuerte la sensación de calor que genera la combustión del cono. La única desventaja de este método es que el practicante tiene que tener la suficiente pericia para que la crema luego no se quede adherida a los  dedos que plantan el cono y dificulte la sincronización del encendido y apagado de los mismos, que es otra característica importante de este procedimiento. Para evitar este contratiempo como regla general yo suelo utilizar siempre la yema del dedo meñique para apagar los conos, así evito las desventajas que mencionaba. Aun así si usamos la crema para adherir los conos, hay que tratar de no tocarla con los dedos pulgar e índice al plantar el grano de moxa, ya que luego se nos quedará la misma pegada a los dedos y nos dificultará el trabajo de confeccionar los conos o bien plantarlos.

Las barras de incienso

Las barritas de incienso que se usan para encender los conos se pueden comprar en algunas tiendas especializadas en material para acupuntura japonesa y tienen la particularidad de ser un poco más gruesas que una normal. También hay algunas variedades especiales para moxibustión que tienen una combustión más lenta y facilitan el trabajo. De todas formas, con unas barritas japonesas de las normales que se consiguen en muchas tiendas de productos naturales, bastará para comenzar a practicar. La única desventaja que tienen estas es que al ser más finas suelen quemarse muy rápido y se rompen más fácilmente. 

La forma más fácil para comenzar a confeccionar las tiras de moxa es hacerlas con dos posavasos de corcho.

Preparación de los conos

Un tema importante cuando hacemos okyu es cómo preparar los conos, la forma tradicional implica el desarrollo de la habilidad de poder construirlos en el momento sujetando la moxa entre el pulgar y el índice. Sin duda hay practicantes que prefieren este método porque uno va construyendo los conos sobre la marcha y la sensación es bastante orgánica si logras que los conos no te salgan muy apretados, cuando el cono nos queda muy comprimido suele quemar más. También esta forma hace difícil controlar el grosor de los conos y es aún más complicada si como en mi caso sueles cambiar de una mano a la otra para plantarlos. Con cierta práctica se pueden conseguir unos conos del grosor deseado e incluso cambiando de una mano a la otra.

La otra opción, que es la que personalmente utilizo y más me gusta, es confeccionar las tiras de moxa con maderas o mejor aún dos posavasos de corcho, que tienen mucha adherencia y facilitan hacer las tiras de moxa de manera uniforme y lo más importante, el grosor que necesitemos. Este es un tema de consideración, ya que si por ejemplo queremos usar okyu en una zona del cuerpo donde la piel es muy fina, como la cara interna de los brazos, es indispensable que los granos sean muy finos y combustionen de manera uniforme quemando lo menos posible. La única desventaja es que a veces cuando la tira de moxa es filiforme, suele quebrarse con facilidad y los conos son también bastante difíciles de plantar debido a su finura y pequeñez.

Práctica de okyu con ambas manos  

Una habilidad importante a desarrollar es poder hacer okyu con ambas manos. Es decir dominar el cambio de la mano que planta el cono, la que sujeta la barra de incienso y la tira de moxa. La razón de esta alternancia, que también implica la habilidad de tener seguridad plantado y encendiendo los conos con ambas manos; radica en que así adoptaremos posiciones más ergonómicas con el cuerpo y mantendremos un porte saludable. Esto no sólo nos beneficiará a nosotros como practicantes, ya que al final del día si incurrimos en malas posturas nuestra espalda y cuello nos lo harán saber, sino a nuestros pacientes que sutilmente también reciben información de cómo estamos trabajando con nuestro cuerpo. Es cierto que todos tenemos un hemisferio cerebral que determina nuestra lateralidad y nos hace más fácil realizar ciertas actividades de precisión con una mano u otra. Pero igualmente creo que para que nuestro “asentamiento”, [3] respiración y posición de trabajo sean ergonómicas, debemos practicar esta técnica con las dos manos. La habilidad sin duda surgirá con la práctica.

Cantidad de granos a quemar 

En la práctica de okyu suele haber una predilección por quemar los conos en números impares, con un mínimo de 3 y un máximo de 7 en promedio y en algunos casos donde se necesita mucho estímulo, unos cuantos conos más por punto. Desconozco el porqué de esta preferencia por los números impares, pero experimentando esta práctica en mi propio cuerpo y en pacientes he llegado a la conclusión que a veces esta pauta puede tener sentido y otras no. ¡Aaah! Otra vez esta irritante relatividad del pensamiento oriental. Te lo explico un poco mejor: cuando la persona a la que le estamos haciendo okyu ha sentido de manera súbita el calor del cono con una sensación parecida a la de la punción de una aguja sabremos que hemos hecho diana. A partir de ahí podremos usar más o menos estímulo según el caso concreto que estemos tratando. Por ende si por ejemplo estamos haciendo un tratamiento bilateral en las rodillas o los puntos shu dorsales no siempre haremos 3 conos en un lado y 3 en el otro. A veces guiándonos por las sensaciones que nos transmiten nuestros pacientes veremos que pondremos 2 conos en un lado y en el otro 1 y así sucesivamente con combinaciones que no se ajustan a una fórmula de números impares fija. La práctica diaria en mí mismo de okyu ha sido fundamental para llegar a esta conclusión y luego la he ido corroborando en la práctica clínica. Por eso creo que es tan importante probar estos métodos de tratamiento en uno mismo durante un período considerable de tiempo para comprender su funcionamiento. 

Tubo de Fukaya, marcador y moxa de máxima calidad y refinamiento, la única que es recomendable para practicar okyu.

Cómo controlar la combustión de los conos

Este es un tema de consideración sobre todo al tratar personas sensibles para quienes está contraindicado quemar la totalidad del cono. Para lograr este fin lo más común es rodear al cono encendido con los dedos pulgar e índice, para que de este modo podamos controlar la velocidad de la combustión, una practicante notable de okyu y colega como Rayén Antón, usa la cercanía extrema de los dedos para casi extinguir el cono, lo que genera una sensación de quemazón en quién lo está realizando pero que permite que el rápido apagado del cono con un dedo que se suele hacer sea casi innecesario al absorber la radiación del calor el terapeuta. Otra forma posible es atenuar la sensación a través de un tubo de bambú y de algún modo engañar al sistema nervioso poniendo dos estímulos a la vez. Por un lado la presión nos hace olvidar momentáneamente de la quemazón y por el otro hace que la combustión sea más lenta al privar de oxígeno al cono. Se da crédito de esta invención al famoso moxibustior japonés Isaburo Fukaya, quien refinó y amplió los métodos de okyu durante el siglo XX llegando a ser un practicante de renombre. Su estilo está marcado por el uso de grandes conos que hacen más potente el efecto del procedimiento y por ende se debe tener un conocimiento de cuándo usar esta forma y cuándo no. Mi especulación sobre el uso del tubo, es que este es más que para controlar la combustión (ya que es bastante largo), es en realidad por el estímulo de la presión y la distracción momentánea que genera, porque luego, ¡los conos se sienten y mucho! 

Enrollar la moxa con los dedos ayuda a que realizar okyu sea fluido, pero requiere de práctica para que los conos no salgan muy apretados y quemen mucho.

 Experimentar el okyu en uno mismo

Mi recomendación personal a cualquier practicante de acupuntura o MTC que se interese por aprender y dominar el arte del okyu, es que antes de aplicar esta técnica a pacientes, primero practique durante un tiempo considerable en sí mismo, luego en amigos o familiares y finalmente cuando tenga la destreza suficiente en ellos. Al principio los conos son difíciles de manipular por su reducido tamaño y se necesita habilidad para que el encendido y apagado de los mismos sea fluido. Aun así los pequeños conos algunas veces parecen tener vida propia y de tanto en tanto veremos que hay algún cono rebelde que no quiere “ser quemado” y no se pega al punto elegido o bien se nos cae de las manos, pues en estos casos siempre lo mejor es no pelearse con los conos y pasar al próximo. De esta forma ganamos tiempo y aceptamos de buen modo que, a veces el practicante propone y luego el okyu dispone. Estos momentos son lo que atraviesa cualquier practicante en un proceso de aprendizaje, sea haciendo moxibustión o tocando un instrumento musical. Con el tiempo estos episodios se vuelven menos frecuentes porque vamos afianzando nuestra habilidad y por ende la efectividad es mayor.

Usos clínicos del okyu 

Aunque en el mundo de la acupuntura y en especial la japonesa, suele atribuirse al okyu la capacidad de movilizar la sangre [4] y de tonificar, su uso es muy amplio y se pueden tratar una amplia gama de desórdenes que van desde los problemas musculoesqueléticos hasta su uso como terapia experimental en el tratamiento de casos de resistencia a los antibióticos en enfermos de tuberculosis en África [5]. Una excelente guía de uso clínico podemos encontrarlo en uno de los estudios, que en mi opinión mejor han detallado la historia de la moxibustión como es The moon over Matsushima de Merlin Young [6] cuya lista de tratamiento de patologías con okyu y otras formas de moxibustión es de las más claras y precisas que podamos encontrar en un texto de consulta clínico. Uno de los usos relativamente comunes del okyu integrado en la práctica de la acupuntura japonesa moderna, es para el tratamiento del insomnio y otros trastornos del sueño, para este fin, se suelen  quemar varios conos en el centro del talón, en un punto llamado shitsumin. (ver las fotografías)

Discos protectores para atenuar el efecto del okyu.

Precauciones con pacientes sensibles 

Partiendo de la base que la efectividad de este tipo de moxibustión directa se fundamenta en la consecución de una micro quemadura, hay que tener en cuenta que esto no es aceptable para todo el mundo y aún más en pacientes sensibles o por ejemplo en diabéticos [7] . La piel es un órgano complejo y su grosor varía mucho de una persona a otra y cada caso debe tratarse de manera individual. Existen formas de atenuar el efecto del okyu utilizando unos discos protectores que intermedian entre la moxa y la piel ayudando a que el efecto sea mucho más suave que por los medios convencionales de aplicación de esta terapia.

Conclusiones

Aunque no es fácil llegar a dominar esta técnica, las manos van aprendiendo con el tiempo el arte de enrollar los conos sin apretarlos mucho para que no quemen y así producir una sensación poco invasiva en la piel y es una técnica a nivel clínico muy efectiva si es aplicada por un terapeuta cualificado que domine los matices de esta práctica. Por otra parte creo que es muy importante experimentar con el okyu en uno mismo durante un largo período, no sólo para afianzar la técnica, sino también para poder entender su funcionamiento. En mi caso esto me ha llevado a practicar de manera estacional o a veces diaria, quemar varios conos de okyu en Estómago 36 durante ocho días después de la luna llena, que es una técnica tradicional para promover la longevidad y la inmunidad. Un ritual que recomiendo y que me ha enseñado mucho sobre esta particular forma de moxibustión, al poder experimentar en mí mismo lo que suelo practicar en mis pacientes. 

Bibliografía y lecturas recomendadas

notas

  1.  Probablemente esto se deba a que la moxibustión fue parte de las formas de la medicina popular en Asia durante milenios y una forma de tratamiento casero con una menor necesidad de instrucción que la acupuntura o la fitoterapia. Ver “Yoshio Manaka y Stephen Birch, “En pos de la cola del dragón” páginas 234 a 236.

  2.  Ver Merlin Young ,“The Moon over Matsushima” parte 4, “Los tallos”, todo el capítulo está dedicado a los efectos sobre el sistema inmune de la moxibustión y referencia a estudios del pasado y el presente. 

  3.  Este concepto en algunas tradiciones de cultivo interior como el dao yin, se entiende como el descenso del qi hacia la parte inferior del cuerpo, en especial a los pies. 

  4. El concepto de xue que se suele traducir como “sangre”, no es un concepto del todo análogo al de sangre en biomedicina. Ver Giovanni Maciocia. Diagnosis in Chinese Medicine, a Comprehensive Guide, note on the translation of chinese terms XXXV.

  5. Ver Merlin Young ,“The Moon over Matsushima” páginas 297 a 326.

  6. Ibídem páginas 283 a 288.

  7. Sobre las contraindicaciones del okyu ver, Felip Caudet, “El calor que cura, Okyu Moxibustión japonesa”, páginas 117 a 120..

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